Según la Guía sobre la reglamentación relativa al transporte de sustancias infecciosas 2015/2016 de la OMS, las materias incluidas en la Categoría A“son sustancias que se transportan en una forma que, al exponerse a ellas, son capaces de causar una incapacidad permanente, poner el peligro la vida o constituir una enfermedad mortal para seres humanos o animales previamente sanos”. Dentro de esta categoría se incluyen sustancias como el virus del Ébola, el virus de Masburg, Ántrax, el virus de dengue o el virus de Mapucho, entre otras muchas.

Las materias infecciosas de Categoría A solamente pueden ser transportadas en embalajes/envases que cumplan las especificaciones correspondientes a la clase 6.2 de Naciones Unidas y la Instrucción de Embalaje P620, asegurando que han superado pruebas estrictas de resistencia (caída libre desde 9 metros, perforación, resistencia a la presión y de apilamiento). Un aspecto muy importante es que el recipiente primario o el embalaje/envase secundario deberán resistir una diferencia de presión no inferior a 95 kPa. La marca tipificada de las Naciones Unidas no indica que el embalaje/envase haya sido sometido a dichas pruebas, por lo que los usuarios del mismo deberían consultar a sus proveedores si el embalaje/envase cumple dicho requisito.

El sistema de triple embalaje para el envío de sustancias infecciosas de Categoría A consta de tres niveles:

  • 1. Recipiente primario estanco: Puede tratarse de tubos de muestras, placas de Petri, botes de orina, etc. En caso de contener muestras líquidas, se acompaña de una gradilla absorbente de seguridad que, en caso de rotura, deberá retener la totalidad del líquido transportado.
  • 2. Envase secundario: Permite introducir varios recipientes primarios con muestras y pueden soportar una presión interna de 95kPa en un rango de temperaturas de entre -40 ºC y +55 ºC.
  • 3. Embalaje exterior: Incluye elementos de estabilidad para garantizar la correcta posición de los envases secundarios y todos los pictogramas requeridos para su transporte. Debe ser resistente al agua, a la tracción, a los impactos y a los agentes químicos.
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